He intentado por todos los medios evitarlo, llevo días fingiendo que no pasa nada con la esperanza de que si no enciendo el aire acondicionado no llegue el verano y el absurdo calor madrileño,
Lamentablemente, el viernes pasado tuve que tomar una decisión, de esas que cambian el curso del día.
Programé el temporizador del aire acondicionado y me di por vencido formalmente con la llegada del verano.
Madrid es una ciudad maravillosa, limpia y muy bien organizada. Los museos son hermosos y sus jardines están bien cuidados y son accesibles.
Los madrileños siempre quieren pasar el rato, beber cerveza en las mil discotecas de la ciudad y disfrutar de la vida. Lástima, sin embargo, que tal entusiasmo no corresponda a un clima de «verano» humano. El calor empieza sobre las 10 de la mañana, al más puro estilo español se lo toma con calma, pero no da tregua hasta las 4 de la mañana. Hace tanto calor que hay que tener mucho cuidado hasta por donde pasear a tu perro por el peligro de quemarle las patas.
En definitiva, el único consuelo de este suplicio que durará unos 3 meses es el inicio de la temporada de ensaladas de pasta. Los cocino en grandes cantidades y los como sin problemas.
Hoy os propongo una versión ligeramente gourmet.
500 gr de macarones
1 pimiento amarillo
1 pimiento rojo
1 berenjena
2 calabacines
500 gr de tomates cherry
Aceitunas sin huesos, me gustan las negras pero las verdes también están bien
sal
aceite de oliva
Albahaca
Lavamos las verduras e intentamos cortarlas en cubos de aproximadamente el mismo tamaño, excepto los tomates que puedes cortar en rodajas o por la mitad
En una sartén con aceite de oliva, cocina las verduras sin que se ablanden demasiado. Durante los últimos 5 minutos de cocción, añade los tomates cherry.
Cuece la pasta en abundante agua con sal y después de escurrirla sazona con abundante aceite de oliva para que no se pegue. Cuando la pasta se haya enfriado, condiméntala con las verduras y las hojas de albahaca fresca.